domingo, 16 de agosto de 2009

humanos estraordinarios


Desde mi pequeño mundo creado desde creo yo la humanidad me percato de cosas dentro de nuestra mierda de humanidad, cosas extraordinarias, de personas y personajes extraordinarios.

Hay de animales como lo son los etarras que sin legitimidad alguna y creando desprestigio entre sus compañeros los animales, se dedican como su especie depredadora lo requiere, se dedican a asesinar a aquellos seres humanos que son vulnerables, siempre como miserables que son asesinando a traición, cobardemente, como cobardes que es lo que también son.

De ellos en este post no gastare mis dedos en malgastar una sola palabra más.

Hoy me gustaría escribir sobre los que dan y damos cuanto tenemos por el resto de semejantes, por esos mortales a los que en alguna ocasión hemos dado algo de nosotros sin esperar nada a cambio.

Me refiero a la buena gente que trabaja voluntariamente por el resto, por ayudar, por que cree que un mundo sin humanidad entre todos los seres vivos es un mundo condenado a la autodestrucción, al fracaso.

No hace unos días realice un reportaje para la voz del ciudadano y este trataba sobre seres extraordinarios que casi Vivian para ayudar a sus semejantes, que en ocasiones su vida estuvo en peligro por realizar su labor, pocos pero aun quedan.

Trate con Pedro un señor que a día de hoy todavía a su vejez cuida cabras, Pedro cuida cabras y ovejas como siempre lo izo, cobra una miseria la cual unida a 460 euros de pensión le han dado increíblemente asta para a lo largo de su vida ahorrar, no sabe que carajo es un McDonald, nunca le importo.

Pedro vive en una masía semi abandonada propiedad del dueño del ganado, asta hace aproximadamente un año vivía solo, ahora vive junto a una mujer y dos hijas de la misma, el padre marcho después de dejarlas a las tres sin un puto euro y con mas deudas que ropa que vestir, la asistenta les dice que mientras la madre trabaje no puede ofrecerle mas que ánimos, pero Pedro no entiende de asistentas, de organismos oficiales, entiende de hambre, de miseria humana, de guerra pues alguna de joven paso, Pedro arriesgando lo personal y a cambio de una sonrisa de esas niñas ofrece cuanto tiene a esa mujer y sus niñas.
Todo a cambio de tampoco o nada, las veo jugar y pelearse, la masía tiene vida, la burra rebuzna pinel cuando las escucha, me dice Pedro, una lagrimilla se me cae, flojeo al escucharlo.

Pedro todo lo poco o mucho que tiene lo esta gastando por y para ellas, al igual lo hubiese echo por ti, quien sabe, nadie puede decir de esta agua no beberé, Pedro lo sabe muy bien, la mujer que ahora vive con el también lo sabe.
De humanos muy humanos, de lo que ya casi no existe, una especie en extinción

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