martes, 23 de febrero de 2010

incendio de la Horta de San Joan


El incendio de la Horta de San Joan (Tarragona), marca la gota que colma el vaso lleno de hipocresía entre todas las clases políticas.



“Hay compañeros muertos, me estoy quemado, venid a buscarnos hijos de puta”



con esta frase podemos definir la situación extrema de un ser humano que con casi todos sus compañeros muertos a su alrededor, quemado, después de casi una hora solicitando ayuda nadie le atendió.



Situación extrema en que no hemos de negar alguien en un incendio puede encontrarse, pero que en esta ocasión presuntamente a sido negligencia de quienes estaban al frente de la extinción del incendio.



Después de numerosas investigaciones nos dicen que un rayo inicio el incendio, tiempo después se descubre que alguien lo provoco, llegados a un punto se especula en que mientras unos seres humanos se quemaban vivos, quienes dirijan el operativo estaban comiendo en un famoso establecimiento a unos cuantos kilómetros de su puesto de control.



Lamentable, muy lamentable y de juzgado, vidas humanas perdidas injustamente.



Ahora estos días en la generalizar se debate el incendio, políticos de todos los colores se sacuden la chaqueta manchada con sangre de nuestros bomberos, alguno incluso quiere sacar beneficio electoral a costa de estas muertes, pero mientras los ciudadanos expectantes tan solo observamos que tanta disputa ni nos devolverá a esos seres humanos ni nos informara de quienes fueron los culpables de esas muertes, quienes obraron bien o no en la tragedia, amigos después de tanta disputa y marear la perdiz nos engañaran como siempre.



Tan solo nos queda recordarlos, recordar el dolor de sus familias, recordar las palabras de ese pobre bombero, “venid a buscarnos hijos de puta”, “venid a buscarnos hijos de puta”,

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