Lo que hoy le contamos no es ficción, si no pura realidad.
Los hechos sucedieron el pasado viernes en un barrio de la ciudad de Tarragona (España).
Para situarnos os diré que en la comunidad autónoma de Cataluña el próximo día 28 de noviembre del presente año se celebran elecciones y lo que a continuación os relatare tiene total relación con las mismas.
Quien ahora os redacta este texto fue testigo de una coacción desmesurada hacia un grupo de trabajadores de al menos dos empresas.
Comienza un viernes día 12, un conocido sindicalista al cual llamaremos (M), comienza el día exigiendo a las puertas de una empresa que esta subcontratada por el ayuntamiento de la ciudad de Tarragona, advirtiéndole a parte de la plantilla de la misma de que esa misma tarde hay un mitin electoral, de que el no asistir puede perjudicar directa o indirectamente su puesto de trabajo.
Al mismo tiempo otro conocido sindicalista al cual llamaremos (p), realiza la misma operación de coacción, advierte de forma reiterada al resto de empleados que desde un camión de la empresa a su paso encuentra.
El señor (M), cambia de ubicación y se dirige a un bar bodega del barrio (vibo), donde horas más tarde se celebrara el mitin, en la mentada bodega se realiza un acto informativo, se informa a algunos ex trabajadores de la empresa citada anteriormente, de que la posible contratación depende de asistir o no al mitin, no contento se les advierte de que también sería bueno el que sus familiares asistan.
Simultáneamente en varios puntos de la ciudad corren rumores por cada uno de los trabajadores de la empresa, los cuales ya hablan entre ellos de la “obligatoriedad” de asistir al acto.
Llegadas las 18:00 horas del día en cuestión quien escribe este relato, engañado hace acto de presencia en lo que se supone es un acto que beneficia a los barrios, no voy solo, asisto acompañado por tres amigos.
Nada más llegar nos percatamos de la presencia de un centenar aproximadamente, de trabajadores de la empresa citada anteriormente, sorpresa cuando simultáneamente yo y mis amigos nos dividimos y preguntamos la razón del hecho, muchos de los trabajadores nos indican lo que sucede, están siendo coaccionados, ellos y ellas así nos lo indican, incluso encontramos más de cincuenta trabajadores que no son ni del barrio donde están presentes.
La gravedad de los hechos nos lleva a preguntar a conocidos colaboradores del centro cívico donde se celebra el acto, los mismos agrumados y sorprendidos incluso se ríen del hecho, alguno incluso despotrica y dice en voz alta lo que piensa.
Mientras comienza y no comienza el acto me reúno con representantes de la asociación de transportistas del barrio, uno de ellos me indica con dos palabras lo que sucede, cambiamos de conversación y ellos me explican algunos de los problemas que tienen el parking donde aparcan sus camiones, los mismos se quejan de una oleada de robos, me piden algo de ayuda en la difusión del hecho ante las administraciones, en esos momentos el señor (M), se percata de mi charla con los transportistas, se dirige hacia nosotros y yo antes de su llegada me retiro, no me es grata su presencia, sus acciones no son de mi agrado, en ese instante con un gesto me invita a volver, me dirige la palabra y me dice, que como estoy, le respondo que bien, viendo la situación el señor (M) me dice que las cosas son como son, que tuviese un poco de respeto, que si necesitaba algo, a lo que respondo que es cierto, las cosas son como son, que no preciso nada.
Documento con fotos el hecho y como comprenderán no me quedo al acto, ni yo ni mis amigos.
No damos crédito de lo sucedido, es algo terrible, lo sucedido es motivo de debate entre nosotros, hasta donde llega la codicia de poder, hasta donde llega la falta de humanidad de estos sujetos.
Por unanimidad decidimos publicar el hecho, pero primero deberíamos hablar con la fuerza política presuntamente implicada, ellos deberían ser avisados por nuestra parte de los sucedido y de conocer el hecho con anterioridad deberían pagar por sus hechos.
Tras varios intentos por fin hablo con los presuntos implicados, me indican que lo sucedido para nada tiene que ver con ellos, que han sido utilizados para vanidad del señor (M).
El señor (M), había utilizado a todos esos trabajadores para su propia vanidad, el señor (M) intervenía en dos frases en el acto y quería que todos aquellos que gracias a él han sido contratados por la empresa, escuchasen tan gran orador, pedazo de sin vergüenza, que gran manipulador.
Depuro responsabilidades pero no soy juez y lo sucedido ese viernes también sucedió con el mismo señor (M), en gobiernos anteriores, para ser exactos más de veinte años lleva extorsionando y coaccionando el señor (M), a Tarraconenses, lo hace con total impunidad, de hecho todos somos cómplices, pues nadie tuvo valor a denunciar nunca, ni políticos, ni trabajadores, todos en alguna ocasión chupamos sus botas para que nos jodiera la vida.
Como dice el señor (M); LAS COSAS SON ASI!!
1 comentario:
Todos en alguna ocasion hemos sufrido las extorsiones del señor (m), pero tampoco nunca denuncio, somos tan culpables como el o mas
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